Recuerda
lunes, 27 de febrero de 2012
Me gusta mi locura
Me enloquece tanto el no verte
Que no consigo la cordura cuando estoy contigo
Te exijo una camisa de fuerza y espero que esa camisa sea
Tu piel y tus brazos apretándome y conteniendo mi locura
Locura que se acrecienta día tras día.
Carlos Rodriguez
jueves, 23 de febrero de 2012
Mayoría
Así como una mano me cachetea
También dos me soban
las mejillas
Así como nos hieren
De la misma forma sanan las cicatrices
Así como nos ofenden
De la misma forma nos alagan
Y es que sus ofensas
nos revelan
Que vamos por buen camino
Porque al final los que nos atacan son pocos
Frente a los muchos que marchan y caminan a nuestro lado dando
el todo por el todo
y es que ese todo somos nosotros mismos
Y es que ese todo
Somos todos los que
adherimos valor a los productos con nuestras manos
Y con el sudor de nuestra frente regamos la tierra parida de
bondades
Algún día hasta nuestro sudor, sus causas y consecuencias serán
nuestras.
Carlos Rodriguez
Dame una estrella de tu cuerpo
Cuento y persigo los lunares sobre tu cuerpo canela
Esos lunares son un llamado a descubrirte
Esos lunares son un llamado a la locura derramada
Sobre dos cuerpos exhaustos
Qué rica es la canela
Y como me gusta el chocolate hirviendo en las noches frías
Que rápido pasan las horas sobre tu cuerpo
Que pronta es la despedida
Que picardías esconden tus ojos
Que temblores aloja tu ser
Que dibujos bordean tu mente
Qué rica es la canela
Y como me gusta el
chocolate hirviendo en las noches frías
Al buscar recorrer tu cuerpo me desarmo
El magnetismo descontrola mi brújula
El mapa que reservo
en mi mente se desdibuja por completo
Dame un lunar de tu pecho para ubicarme
Dame una estrella de tu noche para recordarte.
Carlos Rodriguez
miércoles, 22 de febrero de 2012
Pensar
El ángel de tus ojos me incita
El ángel en tus labios me tienta
Tu sonrisa de amanecer
Tu olor de primavera acariciada por la brisa
Me atrapan los colores que expresan tus palabras
Me llaman tus miedos ocultos
Me arrebata el conocerte y me busca el descubrirte
Desfilan las horas y el tiempo no existe
Me ensordece tu belleza desplegada como en conquista de la distancia
Contigo el compartir rompe las idas y las vueltas
Cada paso que doy firme y tierno se mueve solo
al verte adelante camino
sin fatiga
Te persigo sin querer
Y queriendo te consigo
Me gustaría ser tu objetivo
Me encantaría que te dejaras atrapar
Puedo ser yo tu abrigo en el frio que ataca
Pudiera ser tu sueño en tu noche clara
Quisiera ser tu realidad cuando la noche se hace opaca.
CARLOS RODRIGUEZ
martes, 7 de febrero de 2012
Roque Dalton
LOS LOCOS
A los locos no nos quedan bien los
nombres.
Los demás seres
llevan sus nombres como vestidos nuevos,
los balbucean al fundar amigos,
los hacen imprimir en tarjetitas blancas
que luego van de mana en mano
con la alegría de las cosas simples.
Y qué alegría muestran los Alfredos, los Antonios,
los pobres Juanes y los taciturnos Sergios,
los Alejandros con olor a mar!
Todos extienden, desde la misma garganta con que cantan
sus nombres envidiables como banderas bélicas,
tus nombres que se quedan en la tierra sonando
aunque ellos con sus huesos se vayan a la sombra.
Pero los locos, ay señor, los locos
que de tanto olvidar nos asfixiamos,
los pobres locos que hasta la risa confundimos
y a quienes la alegría se nos llena de lágrimas,
cómo vamos a andar con los nombres a rastras,
cuidándolos,
puliéndolos como mínimos animales de plata,
viendo con estos ojos que ni el sueño somete
que no se pierdan entre el polvo que nos halaga y odia?
Los locos no podemos anhelar que nos nombren
pero también lo olvidaremos.
Los demás seres
llevan sus nombres como vestidos nuevos,
los balbucean al fundar amigos,
los hacen imprimir en tarjetitas blancas
que luego van de mana en mano
con la alegría de las cosas simples.
Y qué alegría muestran los Alfredos, los Antonios,
los pobres Juanes y los taciturnos Sergios,
los Alejandros con olor a mar!
Todos extienden, desde la misma garganta con que cantan
sus nombres envidiables como banderas bélicas,
tus nombres que se quedan en la tierra sonando
aunque ellos con sus huesos se vayan a la sombra.
Pero los locos, ay señor, los locos
que de tanto olvidar nos asfixiamos,
los pobres locos que hasta la risa confundimos
y a quienes la alegría se nos llena de lágrimas,
cómo vamos a andar con los nombres a rastras,
cuidándolos,
puliéndolos como mínimos animales de plata,
viendo con estos ojos que ni el sueño somete
que no se pierdan entre el polvo que nos halaga y odia?
Los locos no podemos anhelar que nos nombren
pero también lo olvidaremos.
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