Capítulo
1
LA
GUERRA
Orígenes
de la guerra
Las Ciencias Sociales enseñan que las guerras
son un fenómeno histórico. Sólo una comprensión profunda de los fenómenos
sociales permiten establecer con certeza el origen y la esencia social de la
guerra. La historia de la sociedad hwnana es un proceso socialmente
condicionado, determinado en la última instancia por el nivel y el carácter del
desarrollo de las fuerzas productivas.
El primer peldaño del progreso social de la
historia de la humanidad fue la llamada sociedad primitiva, caracterizada por
el muy bajo desarrollo de las fuerzas productivas, la organización social
primitiva (gens, tribus o clanes) y la dependencia exclusiva del hombre con
respecto a las fuerzas naturales. Las relaciones sociales surgidas en esta
etapa de desarrollo se caracterizaban por la igualdad y el colectivismo, no
existía la división de la sociedad en clases ni la explotación. El modo de
producción primitivo se apoyaba en las necesidades e intereses generales de
las personas. La organización social exigía estrecha cohesión y la cooperación
de todos los individuos en el seno de la tribu para luchar contra las fuerzas
de la naturaleza. Por la sobrevivencia y la existencia. Las contradicciones y
conflictos entre las tribus se encontraban en segundo plano, no era lo
principal.
Los conflictos armados entre las
tribus no eran más que refriega por los mejores terrenos, pastos y cuevas,
dándose el caso también de las venganzas de sangre. Los clásicos del pensamiento
social denominaban a estos conflictos armados "guerras antiguas". En
ella existía el elemento de la violencia armada, atributo de todas las
guerras, con el propósito de satisfacer las necesidades económicas de las
tribus primitivas. En estas "guerras" participaban todos los miembros
de las tribus.
Así, los choques armados de nuestros lejanos
antepasados eran parte de su lucha general para crear condiciones propicias de
existencia (su base era principalmente económica), ya pesar de sus formas sangrientas,
estos choques eran fortuitos en grados considerables, y por lo tanto no eran
inevitables.
Causas
de la guerra
Los choques armados solo adquieren carácter
de guerra (es decir el fenómeno social y político en el sentido actualmente
aceptado) en el periodo de la descomposición de la sociedad primitiva y en el
surgimiento del régimen esclavista, cuando aparece la propiedad privada de los
medios de producción junto con ella surgieron y comenzaron a formarce las
clases y el Estado.
La propiedad privada engendró la desigualdad
social y la violencia. Desde ese momento, el ataque armado se libra ahora sin
más propósito que el saqueo y se convirtió en una industria permanente. Las
clases dominantes, aspiraban al enriquecimiento ilimitado y al acrecentamiento
de su dominación, "legalizaron" la violencia armada organizada como
uno de los medios para alcanzar esas metas, como un elemento orgánico de su
política. Así fue como la aparición de las sociedades divididas en clases
antagónicas trajo con sigo su acompañante permanente: Los ejércitos y la
guerra. A partir del nacimiento de la sociedad basada en la explotación, todas
las guerras sin excepción alguna, han sido la manifestación de profundas
contradicciones socioeconómicas que radican en su seno.
Dicho
de otra forma, la fuente de la guerra radica en el propio régimen explotador. Las clases dominantes aseguran sus
aspiraciones socioeconómicas aplicando una política determinada, en la que sus
intereses quedan claramente reflejados. En este sentido, la poIítica como
"sintetización" de la economía. La guerra es por lo tanto no otra
cosa que un fenómeno sociopolítico generado por la esencia misma de la sociedad
dividida en clases. En la historia, la base económica de la guerra se revela en
forma de las causas concretas en la que surge una u otra conflagración.
La
guerra es la manifestación extrema de la agudización de las contradicciones
políticas y, al mismo tiempo, una manera específica de solucionarlas. Las contradicciones existentes en la
sociedad antagónica de clases constituyen la base de los conflictos
socioeconómicos, incluidas las contiendas entre clases y los Estados.
Junto con las causas generales de la
guerra, existen causas, específicas, particulares que tienen que ver con las
condiciones historicas concretas. Por ejemplo, las causas generales,
fundamentales de la guerra en la actualidad existen constantemente por cuanto
se conserva el régimen capitalista. Sin embargo, la conflagración no es
fatalmente inevitable, estalla sólo cuando las causas llegan a una situación
crítica, que confiere un impulso irreversible al surgimiento de la guerra. La
situación histórica concreta, que expresa el grado de agudeza y madurez de las
causas esenciales de la guerra puede conducir directamente ella o permite
evitarla.
Por último, existen causas
singulares: en el estallido de la
guerra, que expresan aspectos inconfundibles, individuales, en la manifestación
de las causas generales del surgimiento de la guerra en condiciones históricas
concretas. La causa singular, no es determinante para que estalle la guerra,
pero en cada caso concreto le da una matiza distinto a este proceso.
Las causas generales y particulares del
surgimiento de la guerra, no actúan de manera aislada, sino en conjunto. Su
correlación y manifestación en cada caso concreto son irrepetibles,
específicas, Pero ninguna peculiaridad excluye que las causas fundamentales
sean en todas circunstancias las decisivas.
Esencia
de la guerra
Para adentrarse en este tema, consideramos
necesario revisar pasajes de la obra de Carl Von Clausewitz, militar alemán del
siglo XIX, de cuyos planteamientos Lenin dijo que "se ha convertido en la
actualidad en una verdadera adquisición para todo hombre que piensa",
siendo, según el revolucionario ruso, uno de los escritores más profundos sobre
temas militares. De hecho Lenin amplia la aplicación de los conceptos
fundamentales de la ciencia militar, en particular los de Clausewitz, tanto al
escenario general de la lucha de clases como al particular de la conducción y
dirección de la revolución", ",..La guerra no es simplemente un
acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuacion de las
relaciones políticas, una gestion de la misma con otros medios. La guerra no es
sino la continuacion de las transacciones políticas, llevando consigo la mezcla
de otros medios, Decimos la mezc!a de otros medios, para indicar que este
comercio político no termina por la intervencion de la guerra. "
Para determinar la verdadera esencia de la
guerra debemos considerar que incluye dos elementos principales:
* Una política determinada
* La
continuación de la misma en una forma específica: la violencia armada.
La guerra es un fenómeno político y tiene
todos los síntomas de la política. En ella encuentran expresión las relaciones
entre clases y los Estados, los objetivos y tareas de las clases, partiendo de
los cuales se determinan los medios y métodos para alcanzarIos.
En efecto, la política determina el carácter,
la dirección en que se preparan las clases, los estados y las coaliciones para
desatar una guerra determinada. La política formula también los objetivos de la
guerra, controla sus comienzos y, en considerable grado, su desarrollo.
La política influye en el curso de
la guerra, ante todo determinando sus objetivos estratégicos, su precisión y su
desarrollo, y lo hace mediante la estrategia en formas y métodos concretos de
lucha armada, vinculándolos a la idea político-militar general. La política
también "cosecha" los frutos de las consecuencias sociales reales de
la guerra. De este modo, la política es el elemento fundamental de la guerra
como fenómeno histórico-social y constituye su rasgo central.
La
violencia armada
Al mismo tiempo, otro de los componentes de
la guerra es la violencia armada, que es la manifestación específica de la
conflagración. Tan pronto como se enciende la llama del enfrentamiento, los
medios de la violencia armada se convierten en el principal instrumento para
alcanzar los objetivos políticos, se transforman en el recurso fundamental de
la política concreta.
El hecho de que la violencia armada se sitúe
en el primer plano no significa que desde ese momento la guerra se reduzca a
las acciones militares, batallas y combates. lncIuso en el fragor de la
contienda, la política asegura el alcance de las metas planteadas no sólo con
la ayuda de la violencia annada, sino también la lucha económica,
intensificando la actividad diplomática y propagandística, acrecentando la
influencia ideológica y psicológica sobre el enemigo.
Puede decirse que la lucha armada es (entre
todas las demás formas) la principal forma de guerra. Sin esta no hay
conflagración en el sentido pleno de la palabra.
El
análisis del origen, las causas y la esencia de la guerra es un elemento
indispensable para entender con detenimiento el pensamiento militar
contemporáneo.
Capítulo
II
ESTRATEGIA
Y TACTICAS MILITARES (extractos
de -Estrategia y táctica-, de M. Harnecker)
La estrategia desde el punto de
vista militar determina: Primero, la dirección del golpe principal y, por lo
tanto, la necesidad de los virajes estratégicos. Segundo, las fuerzas propias
con la que se darán los combates principales y de reserva, su moral, etc., y
la disposición de las mismas para lograr los objetivos planteados. Tercero, las
fuerzas del enemigo y su estrategia probable. Cuarto, el terreno en el que se
efectuarán los combates. Quinto, Los medios y los modos para resolver los
problemas planteados. Sexto, el suministro de materiales y pertrechos, es
decir, el abastecimiento técnico material.
Ahora bien, la estrategia es a la
vez una ciencia y un arte. Basándose en el conocimiento de las leyes de la
guerra y el conocimiento de las fuerzas propias y del enemigo, la estrategia es
capaz de prever el carácter que adoptarán las operaciones militares en la
futura guerra, Orientando las actividades de las propias fuerzas armadas en
base a las previsiones. Esto es un aspecto subjetivo que se suma al
conocimiento de las leyes objetivas.
Por eso, no todo profundo conocedor
de las leyes de la guerra llega a ser un brillante estratega. Desempeña aquí un
papel el elemento intuitivo que no puede aprenderse en ninguna academia
militar. Los grandes estrategas se revelan en la lucha misma. Simplificando,
diremos que en el lenguaje militar se llama estrategia a la forma en que se planifican, organizan y
orientan los diversos combates (campañas y operaciones), teniendo
en cuenta una visión de conjunto de todas las fuerzas con que se cuenta y de
las fuerzas amigas, para conseguir el objetivo fijado: ganar la guerra contra
determinado adversario. Se llama táctica a las distintas operaciones que se
ejecutan concretamente para llevar a cabo los combates de acuerdo al plan
estratégico general. Por ejemplo, se pueden dar pasos tácticos como los siguientes:
interrumpir las comunicaciones del enemigo, el suministro de víveres, etc.,
simular ataques en un punto y ejecutados en otros, simular una retirada y
atacar a continuación, tender una emboscada a los refuerzos etc.
Por último, se llama objetivo estratégico
final al objetivo que se persigue en últimos términos. Se denominan objetivos
estratégicos parciales a los objetivos perseguidos en cada etapa particular de
la lucha. La relación entre un objetivo estratégico parcial y el objetivo
estratégico final y entre la estrategia y la táctica es una relación entre todo
y la parte. Hay que tener en cuenta la situación en su conjunto y en todas sus
etapas. El no tener presente continuamente el objetivo final, puede significar
sumergirse en problemas secundarios y perder la guerra.
Las orientaciones estratégicas y
tácticas deben plasmarse en la elaboración de un plan. Ya medida que este se
aplica debe hacerse un análisis de sus resultados: si corresponde a la
situación y si permite avanzar. Este plan debe irse modificando de acuerdo al
análisis de las experiencias. El método principal que se debe adoptar es el de
aprender a combatir en el curso mismo de la guerra.
Capítulo
III
El
CONCEPTO POLITICO-MILITAR
Si tomamos los anteriores elementos para la
elaboración y desarrollo de un proyecto revolucionario, se debe tener presente
que este debe contemplar la construcción de una fuerza militar que haga posible
la conquista y la defensa de los cambios sociales, basándose en el reconocimiento
del Estado burgués, como un instrumento de opresión de clase, y que a través de
la institucionalidad defiende -a cualquier precio- los privilegios alcanzados
en años de explotación, mantienen un estado de violencia permanente en contra
del pueblo, que se expresa no solo en actividades de represión policial, sino
en condiciones de miseria e injusticia a que se somete a un sector mayoritario
de la población.
El
teórico marxista ingles Perry Anderson sintetiza bien este problema (en
"sur Gramsci", Paris, 1978) al analizar las democracias burguesas,
plantea que incluso las más tranquilas él ejercito puede permanecer invisible
en sus cuarteles, pero que el resorte fundamental del poder de clase burguesa
en un sistema parlamentario sigue siendo la coerción, aunque aparezca como
"predominante" la cultura (ideológica). Históricamente esto es lo
esencial, y por eso cuando se desarrolla una crisis revolucionaria en el seno
de la estructura del poder burgués, el elemento dominante se desplaza
necesariamente de la ideología hacia la violencia. La coerción llega a ser a la
vez determinante y dominante en la crisis suprema, y el ejército toma,
inevitablemente, la delantera de la escena en toda lucha de clases en la
perspectiva de la instauración real del socialismo".
Para defender sus derechos y
conquistas, al pueblo no le queda otro camino que recurrir legítimamente a la
violencia. El objetivo general de una política militar apunta a construir la
fuerza material en que la organizacion política del pueblo pueda responder a
las necesidades de la confrontacion armada y, al mismo tiempo, en la
perspectiva de construir un ejercito que responda, defienda y represente los
intereses populares. Ahora bien, desde el punto de vista de una estrategia
revolucionaria, la referida fuerza material proviene precisamente del desarrollo
de la política, siendo esta la llamada concepción político-militar, concepto
muy utilizado por la izquierda latinoamericana desde el triunfo de la
revolución cubana y en particular al producirse la polémica con las políticas
reformistas de los partidos comunistas tradicionales. Este contexto muchas
veces produjo erróneas interpretaciones, o visiones superficiales,
consignistas y unilaterales de un concepto que exige una visión integral de la
lucha.
La visión política militar puede
encontrar sus orígenes a partir del propio Clausewitz cuando plantea que la
guerra es la prolongación de la política con otros medios. Luego en la década
de los 20-30, Antonio Gramsci utiIiza en forma explícita este concepto al
tratar el tema de la correlación de fuerza, donde plantea que hay que
distinguir diversos momentos o grados: el economico-corporativo, el político y
lo que él domina el momento de la correlación de las fuerzas militares
".., inmediatamente decisivo en cada caso .., pero tampoco este es algo
indistinto e identificable inmediatamente en forma esquemática; también en él
se pueden distinguir dos grados: el militar en sentido estricto o técnico
militar y el grado que puede llamarse politico-militar...",
El primer grado designa todos los
problemas técnicos ligados a la organización militar, armamento, tipo de
combate, etc. El segundo responde a cuestiones tales como la organización de
las masas, el programa que potencie y movilice a los sectores populares, la
capacidad de los dirigentes políticos y sociales, la calidad y cantidad de los
militantes en el seno del pueblo. Dentro del momento militar lo técnico militar
esta subordinado a lo político-militar, desde un doble punto de vista: a nivel
de organización y en el ámbito de la correlación de fuerzas. El problema de la
organización militar esta concebido por Gramsci como una parte del conjunto
del trabajo organizador llevado a cabo por el partido:
"El
elemento decisivo de toda la situación en la fuerza permanente organizada y
predispuesta desde mucho tiempo antes la cual puede ser lanzada hacia delante
cuando se juzga que una situación es favorable (y será favorable sólo en la
medida que exista una fuerza así y esté llena de ardor combativo); Por eso la tarea esencial consiste en
cuidarse sistemáticamente y pacientemente de formar, desarrollar, homogeneizar
cada vez más compacta y consciente de sí misma esa fuerza".
Con relación a las fuerzas
militares, no es preciso extenderse sobre el hecho de la posesión de armas o de
contingente militares, sino, sobre todo, sobre la posibilidad de la
movilización llevada a cabo por la organización política de amplias masas
populares, contra el régimen. En definitiva, el momento militar, más que la
superación del momento político, es la terminación y conclusión de este, o sea,
cuando la acción política alcanza la virtud de determinar reflejos de carácter
militar.
En
síntesis, la concepción político-militar significa que cuando se habla de
correlación y construcción de fuerzas, se refiere a fuerzas socia!es que se
expresan materialmente. Es decir, esa fuerza material se constituye a
partir de un proceso social. Marx hace referencia a que la critica teórica
(lucha ideológica) no puede reemplazar a la critica de las armas, y esa crítica
teórica, si se incorpora a la conciencia de los hombres, se transforma en una
fuerza material.
Capitulo
IV
ESTRATEGIAS
POLITICO-MILITARES: la Insurrección armada y la Guerra Prolongada
En Marx están sentadas las premisas sobre las
cuales descansan los ejes de la acción política de los movimientos
revolucionarios. Pero va a ser Lenin quien, prolongando a Marx, va a
desarrollar tales premisas formulando toda una metodología de la
insurrección. En esta teoría leninista se asimila insurreccion y guerra,
ya que una revolución popular verdaderamente profunda «es un proceso
increíblemente complicado y doloroso, de muerte del viejo orden social y
nacimiento del nuevo orden social, del estilo de vida de decenas de millones
de hombres. La revolución es la lucha de clases y la guerra civil más aguda,
más furiosa, más encarnizada. No ha tenido lugar en la historia ni una sola
gran revolución sin guerra civil». (Lenin, ¿Podrán los Bolcheviques retener el
poder? )
El líder bolchevique afirma que la insurrección
es un arte, como la guerra, y como en otros géneros del arte, está subordinada
a determinadas reglas cuyo olvido lleva a la ruina del movimiento que resulta
culpable de no haberlas observado.
Estas reglas -afirma Lenin-, que permiten una
adecuada utilización de la violencia política para alcanzar la toma del poder,
se van probando constantemente con la realidad permitiendo así estudiar el
terreno de lucha y medir la eficiencia del movimiento que la lleva a cabo.
«Esta ciencia se basa en la apreciación
objetivamente correcta de las fuerzas y tendencias de las distintas clases y
por otra, la revolución desenmascara los verdaderos intereses de las diversas
clases, que en épocas pacíficas pueden engañar al pueblo con su demagogia».
(Marta Harnecker, Vanguardia y crisis actual, 1990)
En 1917 Lenin planteó los principios
generales y fundamentales del arte de la insurrección y de las condiciones de
su éxito:
«... Para poder triunfar,
la insurrección debe apoyarse no en un complot, no en un partido, sino en la
clase más avanzada. Esto en primer lugar. La insurrección debe apoyarse en el auge
revolucionario del pueblo. Esto en segundo lugar. La insurrección debe
apoyarse en aquel momento de viraje en la historia de la revolución ascensional
en que la actividad de la vanguardia del pueblo sea mayor, en que mayores sean
las vacilaciones en las filas de los enemigos y en las filas de los amigos
débiles, a medias, indecisos, de la revolución. Esto en tercer lugar.
Estas tres condiciones, previas al planteamiento del problema de la
insurrección, son las que precisamente diferencian el marxismo del
blanquismo. Pero. si se dan estas condiciones, negarse a tratar la
insurrección como un arte equivale a traicionar el marxismo y a
traicionar la revolución.» ("El marxismo y la insurrección",
septiembre de 1917)
«...
Pero la insurrección armada es un tipo especial de lucha política,
sometido a leyes especiales, que deben ser analizadas con atención. Carlos
Marx expresó esta verdad con mucho relieve al escribir que «la insurrección»
(armada) «es un arte, lo mismo que la guerra.»
Entre las reglas más importantes de este
arte, Marx destaca las siguientes:
1. No
jugar nunca a la insurrección y, una vez empezada, saber firmemente que hay
que llevarla hasta el fin.
2.
Hay que concentrar en el lugar y en el momento decisivos fuerzas muy
superiores. porque. de lo contrario, el enemigo, mejor preparado y
organizado, aniquilará a los insurrectos.
3.
Una vez comenzada la insurrección, hay que obrar con la mayor energía y
pasar obligatoria e incondicionalmente a la ofensiva. «La defensiva es
la muerte de todo alzamiento armado».
4.
Hay que esforzarse por sorprender al enemigo, por aprovechar el momento en que
sus tropas estén aún dispersas.
5.
Hay que conquistar éxitos cada día (incluso podría decirse que cada
hora, si se trata de una sola ciudad) aunque sean pequeños, manteniendo a toda
costa la «superioridad moral».
Marx resume las enseñanzas de todas las
revoluciones, en lo que a la insurrección afinada se refiere, con unas palabras
de Danton, el maestro más grande de la táctica revolucionaria que se ha
conocido: ", audacia, audacia, siempre audacia.« ("Consejos
de un ausente" octubre de 1917)
Tal como lo señala Lenin, la estrategia y la
táctica forman parte de la ciencia de la dirección política revolucionaria.
Para que esta pueda ser considerada una ciencia, el marxismo exige un
análisis estrictamente exacto y objetivamente verificable de las relaciones de
clase y de los rasgos concretos propios de cada momento histórico.
Así se irá impulsando la utilización de todas
las formas de lucha, pero coordinando, ordenando y privilegiando una forma de
lucha sobre las demás según cada coyuntura.
Analizando los diversos procesos
revolucionarios de los siglos 19 y 20, vemos que al calor de estos se han
sistematizado diversas estrategias de lucha contra el régimen imperante y su
aparato institucional y militar bajo la forma de un gobierno, una potencia
ocupante (colonialismo) o la intervención extranjera.
De esta forma, y a modo de síntesis, en el
movimiento revolucionario han existido, bajo distintas denominaciones y
contextos históricos, dos estrategias principales: la Insurreccion armada (o
Guerra insurreccional) y la Guerra Prolongada. Sin embargo, la práctica nos
demuestra que ambas modalidades pueden combinarse y ser parte de un mismo
proceso.
La aplicación de una estrategia depende de la
concepción teórica respectiva y de la interpretación que se tenga de la
realidad nacional (tanto desde el punto de vista económico como político). En
este sentido es posible caer en errores, esquematismos y traslados mecánicos de
estrategias aplicadas en otras experiencias, cuando se basan en análisis
superficiales de las mismas.
La
Insurrección Armada
En el texto de la Tercera Internacional
Comunista (bajo el seudónimo de A. Neuberg) "La Insurrección Armada"
( 1928) se analiza y sintetiza la experiencia de lucha del movimiento
revolucionario hasta ese momento, y en su capítulo 10 leemos la siguiente
definición de Michael Tukhatchevsky, quien hasta 1924 fue jefe adjunto del
Estado Mayor del Ejército Rojo de la URSS y director de la Academia de guerra:
"La insurrección armada, que tiende a la
destrucción del aparato gubernamental y a la toma del poder por parte del
proletariado, toma la forma de una implacable lucha armada entre la fracción
militarmente organizada del proletariado y de sus aliados, y la fuerza militar
de las clases dominantes. En el primer período de esta guerra civil declarada,
la lucha se desarrollará principalmente en las ciudades, adoptando la forma de
luchas callejeras de diferentes caracteres y, duración según las circunstancias.
El resultado de la lucha por la consolidación y la extensión territorial de la
revolución dependerá, en gran parte, del resultado de los combates de este
periodo y de la rapidez con la cual el proletariado logre reunir, en su
Ejército rojo, un número suficiente de unidades aptas para el combate. Después,
cuando el poder esté sólidamente establecido por el proletariado, en las
principales regiones económicas y políticas (las capitales, los grandes
centros económicos), la lucha armada deberá adquirir un carácter de guerra en
campo abierto, entre el Ejército rojo regular Y los restos de la
contrarrevolución local o de la intervención extranjera.
La guerra civil (y también la insurrección
armada), así como las operaciones de los ejércitos regulares, está sometida a
las reglas del arte militar. Sin embargo, debido a las características
específicas de las operaciones comprendidas en una insurrección, la táctica de
la lucha armada del proletariado por el poder, es decir, el primer período de
la guerra civil, será sensiblemente diferente a la táctica de los
ejércitos regulares.
En la lucha entre dos ejércitos regulares, ya
tenga lugar a campo raso o en plena ciudad, existe siempre entre éstos una
determinada línea de frente que los separa. La lucha del proletariado, por lo
menos en los primeros tiempos de la sublevación, de la lucha armada, se
desarrolla en condiciones muy diferentes.
En primer lugar, no hay ninguna línea de
frente determinada entre los beligerantes. Tanto para el proletariado como
para las clases dominantes, el frente está en todas partes. Amigos o
enemigos no están separados territorialmente. Por un lado el proletariado
revolucionario tendrá inevitablemente partidarios (ocultos o confirmados), en
el campo de las clases dirigentes (en el ejército, la policía, las
organizaciones de todo tipo colocadas bajo la influencia política y material de
los partidos de las clases dominantes, etc...)
por otro lado, entre las filas del proletariado, habrá muchos
partidarios, ocultos o confirmados, del antiguo régimen...
En segundo lugar, al iniciarse la lucha
armada por el poder, el proletariado no poseerá todavía un verdadero
Ejército rojo regular, organizado y equipado conforme a las exigencias del
combate moderno. Los destacamentos de la guardia roja sólo son el embrión del
futuro Ejército rojo. El ejército regular del proletariado se forma y debe
formarse durante la lucha por el poder.
En tercer lugar, la experiencia demuestra que
el estado de las fuerzas armadas de las clases dominantes se modifica
sensiblemente durante la insurrección y, por lo tanto, este ejército difiere
seriamente, en cuanto a su cohesión y su valor combativo, del ejército que
combate en tiempo normal contra el ejército de un Estado enemigo. Bajo la influencia
del mismo combate y de la agitación del partido revolucionario, se producirá
obligatoriamente un proceso de diferenciación social que originará los gérmenes
de la descomposición, y trastornará su valor combativo. Finalmente, tanto en
el ejército como en la policía, aliado de las unidades que combatirán
activamente al proletariado revolucionario, estarán otras unidades, grandes o
pequeñas, cuyos soldados podrán vacilar entre la revolución o la
contrarrevolución. Los casos de desacato a la comandancia reaccionaria se
multiplicarán, así como los casos de rebelión y de adhesión al campo de la
revolución.
Al mismo tiempo que luchará por el poder, el
proletariado revolucionario formará su propio ejército, descomponiendo
mediante su agitacion y mediante la lucha física el apoyo armado de las
clases dirigentes, el propio ejército, la policía, la flota, las diversas
asociaciones fascistas.
Las tres particularidades específicas de la
lucha del proletariado por el poder, que acabamos de mencionar, imponen una
cierta modalidad a la táctica empleada, por lo cual la táctica de guerra del
proletariado durante la insurrección difiere en muchos puntos de la lactica de
los ejércitos regulares. Los organizadores y los dirigentes de la insurrección
no solamente deben conocer el arte militar en general, sino que, además deben
saber aplicar las reglas de la teoría y de la táctica militar a las condiciones
particulares de la insurrección..."
EN
RESUMEN, la insurrección armada es una estrategia general que consiste en
levantamientos populares, masivos, que en poco tiempo se apoderan de los centro
de poder más importantes (ciudades).
Sus
características:
. Es una guerra popular: la
participación del pueblo es esencial.
. Es
indispensable la conspiración para garantizar el secreto y su eficiencia.
. Requiere
que las contradicciones sociales estén agudizadas (en su punto).
. Existe una ruptura dentro de las
clases dominantes.
. Generalmente
existe un detonante (acontecimiento, la causa singular) que haga explotar el
descontento generalizado.
. El tiempo es un
elemento que juega a favor o en contra: debe determinarse con precisión el
momento oportuno (debilidad máxima del enemigo y fuerza máxima de la
revolución).
. Es un proceso compuesto de tres
fases: acumulación de fuerzas y preparación, levantamiento y afianzamiento (
ofensiva).
. Requiere
de la combinación de dirección eficaz, orientación flexible, plan militar
estratégico y táctico, cautela, preparación técnica y golpe audaz.
. Se debe pasar lo más pronto posible
del levantamiento insurreccional a la guerra de posiciones, para después volver
a la de movimientos ya la guerra de guerrillas (*).
. Puede
realizarse en tres modalidades: insurrección urbana, levantamiento en el campo
e insurrección general (en todo el territorio nacional).
La
Guerra Popular Prolongada
Tiene su génesis en el aporte teórico de Mao
Tse tung, al analizar la particularidad de la revolución en China, país que
además debió enfrentar la invasión de una moderna potencia imperialista como
el Japón en los años 30. Reafirmó la característica fundamental acerca de la
relación con el campesinado como aliado del proletariado, y con la pequeña
burguesía urbana. Esta estrategia se basó en tres criterios o fundamentos
principales, que tomaban en cuenta la realidad concreta del país.
El primero consistió en la posibilidad de que
en un país semicolonial y semifeudal como China, en el que predominaban relaciones
de producción semifeudales, la burguesía nacional pudiera sumarse al proceso
revolucionario en determinado grado, y en ciertos períodos. Es por eso que
planteó a partir de ello, y teniendo en cuenta el doble carácter de la
burguesía nacional, la política del proletariado de establecer un frente único
nacional revolucionario con ella, o la ruptura de ese frente cuando se viese
obligado a ello.
El segundo fue analizar y definir que la
forma principal de la lucha revolucionaria en China era la lucha armada. En su
trabajo sobre Problemas de la guerra y la estrategia, Mao Tse tung señaló que
la tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del poder
por medio de la lucha armada. No obstante, indica que el partido del
proletariado lo aplica de distinta forma según las distintas condiciones de
cada país.
Por último, durante el período de la guerra
contra la ocupación japonesa, hubo que asumir la enorme desventaja de China en
términos técnicos y humanos frente a un enemigo muy superior como el Japón, lo
que le daba a la guerra un carácter prolongado.
Mao Tse tung definió que a diferencia de la
estrategia insurreccional, que reconoce un período de acumulación política
antes de emprender el levantamiento armado y la guerra civil y sigue el camino
de la ciudad al campo, en China la forma principal que recorría todo el período
revolucionario era la lucha armada, y el camino era del campo a la ciudad. La
lucha armada en China significaba de fondo la guerra campesina; y la relación
del partido del proletariado con el campesinado y con la guerra campesina
-precisó- eran una y la misma cosa.
¿ y esto por qué? Porque a diferencia de los
países capitalistas desarrollados e imperialistas como el Japón, y de muchos
países dependientes, en China el proletariado era la fuerza dirigente pero no
era el contingente principal de las mismas. En una población en aquel entonces
de más de 450 millones, sólo 3 millones aproximadamente componían el
proletariado moderno. El carácter semicolonial y semifeudal de la sociedad
china, el que las relaciones de producción semi feudales fueran dominantes y
la población campesina abrumadoramente mayoritaria -el 80 % de la población-,
determinaban que, si bien el proletariado era la fuerza dirigente, el
campesinado era el contingente principal de las fuerzas motrices en la
revolución.
Por eso el proceso revolucionario chino fue
una guerra campesina bajo la dirección del proletariado. Mao Tse tung señaló
que el frente único y la lucha armada fueron las dos armas básicas para
derrotar al enemigo. Estos análisis fueron la base del desarrol1o de la línea
estratégica y táctica de los comunistas chinos. Fueron la base de la
elaboración del camino de utilizar el campo para rodear las ciudades, Para
finalmente tomarlas; camino estratégico a través de una guerra prolongada,
diseño que significó un aporte de particular importancia para la lucha
revolucionaria.
Esta estrategia fue aplicada en numerosos
países en los que predominaban relaciones económicas de producción
semifeudales, o bajo el yugo colonial e imperialista (liberación nacional), y
donde el contingente principal de las fuerzas motrices eran las masas
campesinas o indígenas. Así ocurrió en Asia, durante las guerras en Vietnam,
Laos, Camboya en Africa durante la
guerra en Angola y Mozambique en América
Latina es también una línea que orienta la lucha de diversas organizaciones en
Colombia, Guatemala, Nicaragüa, El Salvador, etc.
Entonces, la Guerra Prolongada (GP) es una
estrategia de guerra popular (requiere la incorporación masiva del pueblo), al
principio de carácter defensivo, para enfrentar a un enemigo con gran
superioridad de fuerzas humanas y materiales, las cuales se desgastan
paulatinamente mientras se acrecientan las propias, hasta superarlas y pasar a
la ofensiva.
La GP contempla la utilización de todas las
formas de lucha, pero generalmente subordinadas a la lucha armada, que es
considerada la vía fundamental para la toma del poder. La superioridad del
enemigo es relativa y nunca estática, por ello el tiempo es un aliado
fundamental si se aprovecha para crecer en todos los aspectos. Se parte del
principio de enfrentar al enemigo con las fuerzas propias (autosuficiencia).
En la GP se pueden identificar tres fases:
defensiva estratégica (inferioridad de fuerzas), equilibrio de fuerzas y
ofensiva estratégica. Todas combinadas con una táctica ofensiva de campañas y
batallas de decisión rápida. Aun cuando el conjunto de la guerra se desarrolla
en territorio revolucionario (líneas interiores), es necesario salir de él y
atacar al enemigo en su propio terreno (líneas exteriores), incluso en su
retaguardia, lo que le obliga a dislocar sus fuerzas y mantenerlas en tensión
permanente.
RESUMIENDO,
los principios de la GP son:
. Cercar la ciudad a partir del campo.
. Centralización
estratégica (mando centralizado) y descentralización táctica.
. Se realiza la guerra
en sus diversas formas: guerra de guerrillas, Guerra de movimientos, guerra de
posiciones. (*)
. Se presenta batalla solo cuando la
victoria sea segura.
. Se contemplan las
insurrecciones, pero siempre subordinadas a la Guerra Prolongada.
. Se construyen zonas liberadas.
(*) Las tres formas principales dentro de una
estrategia militar:
a)
Guerra de guerrillas.
Es la expresión armada de la lucha de masas,
es la manifestación de la voluntad popular de combatir forma fundamental de la primera etapa de la
guerra.
La guerrilla la componen unidades pequeñas de
extraordinaria movilidad, diluibles en la geografia fisica y humana en la que
operan, no defienden ningún territorio ni posición fija, operan sin
retaguardia, detrás de las líneas enemigas, ya que las fuerzas guerrilleras
pueden estar separadas de la retaguardia general del país, pero la guerra de
guerrillas no puede desarrollarse sin bases de apoyo estas bases constituyen, precisamente, su
retaguardia.
La guerra de guerrillas se desarrolla en
todas las formas estratégicas de organización clandestina y en todas las etapas
de la guerra.
b)
Guerra de movimientos
Es la expresión de la incorporación
amplia de las masas a la guerra.
Es un salto cualitativo de la guerra de
guerrillas, su característica es la concentración y la movilidad, lo que le
permite golpear contundente y constantemente al enemigo. Se empiezan a tomar y
defender posiciones fijas de manera temporal.
Se sigue impulsando y desarrollando la guerra
de guerrillas. Esta forma corresponde a la organización de la base guerrillera.
c)
Guerra de posiciones
Cuando el Movimiento Revolucionario (su o sus
partidos, el movimiento social y el ejército popular) se consolidan se llega a
la etapa de lucha donde se crean zonas liberadas o bases de apoyo, donde el
pueblo ejerce el poder económico, político e implementan la autodefensa, la
población aporta elementos a la organización política y ejército. Se mantiene
un territorio donde se desarrolla la producción y el abastecimiento del frente.
El movimiento revolucionario no descarta
ninguna forma de lucha o forma estratégica o táctica de la guerra, sino que
incorpora cualquier método o forma de lucha que surja de la lucha de clases. En
este sentido la insurrección parcial o general no se contrapone a la concepción
de la guerra popular sino que puede ser parte de la misma o viceversa.
Anexo:
La
Guerra (Conflicto) de Baja Intensidad
El régimen que representa a las clases
explotadoras tiene dos líneas militares contra revolucionarias: la tradicional,
basada en la aplicación de medidas estrictamente militares y represivas y la
más moderna que propone combinar medidas económicas, políticas, sociales y
sicológicas junto con las militares, bajo el esquema de Guerra de Baja
Intensidad (GBI).
La GBI es la estrategia contrarevolucionaria
que se basa en una lucha político-militar limitada para alcanzar objetivos
políticos, sociales, económicos y sicológicos. Incluye desde acciones
diplomáticas, políticas, económicas y sicológicas hasta el terrorismo y la
insurgencia.
Es una estrategia contrainsurgente
desarroIlada por el régimen en alianza con el imperialismo norteamericano y la
oligarquía financiera internacional para combatir el movimiento popular.
Así la GBI opone a la lucha revolucionaria
una guerra contrainsurgente con las siguientes características:
. Irregular (fuerzas especiales, grupos
paramilitares).
. Prolongada, permanente y con base
popular.
. Con
su propio proyecto político, el cual opone al revolucionario, destruyendo y
descalificando de diversas formas este ultimo.
. Con
contenido sicológico, para ganarse las "mentes y los corazones" de la
población.
. Con una inteligencia hiperdesarrollada.
. Con apariencia nacionalista.
. Con un
contraescalamiento (reducción del nivel) del conflicto para contenerlo,
disminuirlo, cercarlo.
. Ofensiva: que trata de
aniquilar, rápidamente, en la primera fase (defensiva estratégica), contener y
desgastar en la segunda (equilibrio de fuerzas) y desgastar y aniquilar en la
tercera (ofensiva estratégica) a . las fuerzas revolucionarias.
. Con una permanente
ofensiva propagandística (nacional e internacional) con su versión de los
acontecimientos y el aislamiento informativo de las zonas en conflicto (que
nadie vea, que nadie oiga, que nadie sepa).
. Con
un esfuerzo permanente por justificar la guerra contrainsurgente y hacer pasar
por injustificada la lucha revolucionaria.
. Con una política de
vinculación con los explotados, oprimidos y excluidos, así como con
personalidades y agrupaciones progresistas participantes y aliadas naturales de
la revolución, a fin de aislarlos de ella (la división y la cooptación son
algunos de los medios que utiliza.).
. Globalizada: para
contrarrestar la solidaridad internacional a favor de la lucha revolucionaria.
. Clandestina: a través
de grupos paramilitares y unidades clandestinas del ejército. que desarrollan
una guerra sucia contra el pueblo.
. Con promesas de
diálogo y paz social inmediata y mejoras sociales superficiales. Diálogo
mientras asesina. Migajas a cambio de paz sin dignidad.
. Con una democracia formal y limitada
.
. Cibernética y de
Redes: basada en la información y en los últimos avances tecnológicos. Se trata
de construir una realidad virtual en la que el agresor se convierte en
agredido.
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