Las suelas de sus zapatos nos echan una historia completa
Los colores los ponen las pieles
tostadas por el sol que nos marca el horizonte y nos señala la utopía
Los sonidos son sumados por las gargantas cuando gritan, cuando lloran,
cuando exigen, cuando se anudan o cuando se desatan.
Sus manos nos entregan las texturas del trabajo, del dolor ajeno, de la
plegaria y del rezo, la textura del choque al cuero, del apretón solidario o la
caricia tierna.
Los ojos nos muestran sus almas, sus esperanzas, sus miserias y sus
convicciones.
Sus corazones por el contrario ni nos cuentan historias ni expresan
sentimientos
Pero si nos marca el ritmo indetenible de cada paso
A veces con Fulia
A veces con sangueo
Pero cuenten con esos corazones de madera curada y cuero templado con
Fuego.
Esta Historia apenas comienza
Que repiquen los tambores que repiquen corazones
Cuando hay ojos abiertos y manos dispuestas la mitad de la pelea ya está cubierta.