Recuerda

lunes, 6 de octubre de 2014

Cabalgan sobre calaveras


Cascos de rocinantes justicieros aplastando los desperdicios del cadáver de la miseria
Los huesos crujen tras el paso quijotesco de una lanza empuñada
Sin clemencia ni perdón son derribados los molinos sin vientos y sin almas
La lealtad no falla mientras se busca las dulcineas en las azoteas, en las esquinas y bajo las camas
Huesos blancos y huesos negros

Abismos de trueno, estruendos de sueño
así cabalgan los sanchos sin panza y los quijotes sin locura.

Carlos Rodriguez

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