La oscura noche esta por romperse, apenas despunte como un rayo el gran
ordeñador colectivo y los gallos enarbolen sus primeros gritos de
batalla. Cada minuto que pasa la noche se hace más endeble y frágil,
cuando ya huele a café recién colao, avivando la gran ofensiva de los
campesinos, de las trabajadoras. Porque ya están ensillados los caballos
y enyuntados los bueyes, ya comienzan hacer el amor la tierra y la
escardilla. Porque ya el sol no lo podrá tapar un dedo, ni miles de
dedos, ni lo podrá tapar una montaña, ni miles de montañas. Ese sol lo
estamos repartiendo a pedazos, porque se acerca el tiempo donde cada
cual tendrá en sus manos el pedazo de sol que necesite.
Carlos Rodriguez