Recuerda

miércoles, 20 de febrero de 2013

Curimagua



La llovizna tierna de tu cielo precipitada sobre el suelo fértil preñado de guayabas, mandarinas y mangos.
Dulzura tostada por tu sol caliente y fervoroso, donde florece la cayena en el susurro de las aves alegres, por el vapor borracho de tu cocuy zambo y mestizo
Bajo tus nubes repicaron los tambores de los negros libres
Sobre tu tierra chasquearon los cascos de los caballos españoles que asediaban el espíritu libre de la brisa fría y amorosa que robusteció la piel y suavizó el corazón latente de José Leonardo Chirinos en Curimagua.

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