No me culpes si mi piel se vuelve escamosa, esquiva, repugnante
Si mi pecho se convierte en roca seca y áspera.
No me culpes cuando los ojos opacos dejen de mirarte y
mis brazos no calienten tu humanidad en el frío de tinieblas soledades.
mis brazos no calienten tu humanidad en el frío de tinieblas soledades.
Seré fruto amargo de una orfandad,
confundido en el eco eterno de un auxilio.
confundido en el eco eterno de un auxilio.
Cuando la oscura ausencia te abrace no me culpes.
Soy bengala provocando al cielo, alertando la pérdida de un navío.
No me culpes si de pronto el manantial del que bebiste ayer,
hoy es magma volcánico;
hoy es magma volcánico;
Si las heridas dejan de sangrar y de ellas emergen erizos de hielo;
cuando la miel se vuelva petróleo en tu boca no me culpes.
cuando la miel se vuelva petróleo en tu boca no me culpes.
En el viento se formarán eslabones
que como tornados de acero amenazante
hará realidad su pesadilla más corroída.
que como tornados de acero amenazante
hará realidad su pesadilla más corroída.
Cuando los pies sean llagas
cuando las aves lloren y entre alarido y alarido
se arrastren sobre un camino de plumas perdidas
se arrastren sobre un camino de plumas perdidas
No seré culpable
No seré inocente
Me precipitare a los cielos y me evaporare al mar
Tragare terrones
Nuevamente seré, pero no inocente, ni credulo, ni ingenuo.
No me culpes cuando vuelva a ser luz.
Carlos Rodriguez